Weatherby asegura que dicho ejercicio visual equivale a 30 minutos de ejercicio aeróbico.
En dicho estudio colaboraron 500 hombres saludables durante 5 años. La mitad del grupo veía los pechos de su mujer todos los días, mientras que la otra mitad no lo hizo.
Los resultados demostraron que los varones que visualizaron durante 10 minutos como mínimo los pechos femeninos registraron más estabilidad de la frecuencia cardiaca y una baja tensión arterial.
Weatherby concluye que los varones que miraron los pechos femeninos cada día tienen menor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o insuficiencia cardiaca.
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