
Buika
SARAH MORENO
SMORENO@ELNUEVOHERALD.COM
“En Miami estoy ‘flipando’ ”, dice Concha Buika, empleando esa palabra del argot español que expresa que la está pasando de maravilla.
“Primero, me siento muy identificada con el mar, porque yo nací en una isla, Mallorca, y con la luz de Miami, que es divina y que siempre anima, hasta en los días de tormenta”, explica la cantante española, en entrevista telefónica desde Miami Beach, donde reside desde el verano pasado.
“Hay que entender que me marché de Madrid porque me enfadé con mis circunstancias, con cómo estaba desarrollando mi carrera, mi canto”, explica, reconociendo que se siente renovada.
“Miami me ha quitado ese enfado, aquí sales a la calle y no te queda más remedio que sonreír”, expresa Buika, que siempre ha sido bien recibida por el público de Miami , con el que se reencuentra mañana en el Fillmore de La Playa, en un concierto presentado por The Rhythm Foundation.
“Voy sin prepararme porque prepararse es tener miedo; los ensayos me parecen actuaciones no pagadas”, afirma la cantante que valora sobre todo “el apoyo de la tribu”, el público que la ha estado llamando durante el tiempo que estuvo alejada de los escenarios.
“Yo no paro nunca, siempre he tenido el estudio en casa, me lo he llevado a cuestas”, responde a la pregunta de si trabaja en un nuevo material que vendría a sumarse a una discografía en la que destacan Mi niña Lola (2006), Niña de fuego (2008) y El último trago (2009).
En Miami Beach escribe su segundo libro, compuesto de 16 poemas, tres cuentos y una sección dedicada a la cocina, la música y el sentimiento, Canto de puchero para un solo plato. “Cuando cocino, mido el tiempo por canciones”, cuenta. “El arroz toma el tiempo en que canto Mi niña Lola, y quizás otro tema”, dice ejemplificando con esa copla con la que se le identifica.
“Cantas algo de Celia Cruz, y te sale una salsa picante buenísima”, comenta feliz.
“Cuando cocinas estás dando el amor de este mundo, trabajando para las personas que quieres”, confiesa Buika, que tiene un amor: el percusionista cubano, Horacio “el Negro” Hernández. El la acompañará mañana en la batería, junto al bajista Armando Gola y el pianista Michele Fragoso.
“Escribir es estar acompañada, es comunicarte contigo misma”, vuelve a la carga la cantante, hija de exiliados de Guinea Ecuatorial que siempre la mantuvieron cerca de la literatura. “Mi madre es aficionada a la literatura y mi padre es escritor”, cuenta Buika, que tiene una relación especial con las mujeres de su familia.
“Tengo sus nombres tatuados en mi brazo izquierdo”, reconoce la cantante que comenzó a entonar con su madre y su hermana mayor “junto a los fogones”.
“La mujer es mi musa, es un tótem de amor, es la que más apoyo y ayuda necesita”, dice pensando a nivel global.
“Los hombres no necesitan ayuda porque este mundo está montado por y para su provecho”, apunta, jurando que lo dice “con muy buena energía”.
“Tengo tres hermanos geniales, que son un divertimento tremendo y los adoro”, confiesa la cantante, que con uno de ellos, Robacho, colabora en el filme De la soledad al infierno, ahora en fase de montaje. Buika escribió el guión, que dirigió Robacho, y también canta en la banda sonora.
“No actúo porque no tengo valor; admiro mucho a los actores, es un trabajo muy difícil”, apunta la cantante, que sí interpretó un tema en una escena de La piel que habito, de Almódovar.
“Voy a luchar porque lo pongan en Miami [el filme que hizo con su hermano]”, promete. Y vuelve a la conversación que sostenía con su vecina Pilar, antes de que comenzara esta entrevista, en su casa con vista a la avenida Collins.•
Buika en concierto, mañana, 8 p.m. Fillmore Miami Beach en el Jackie Gleason Theater, 1700 Washington Ave., Miami Beach. (305)-673-7300, a través de Ticketmaster, taquilla del Fillmore o (800) 745-3000. rhythmfoundation.com
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